11/05/2015

Precisamente, ese fue el camino de entrada para la primera parte de la exposición del Ministro de Transportes y Obras Públicas Víctor Rossi, realizada en el Estudio Posadas, Posadas & Vecino, el pasado 29 de Abril.

El secretario de Estado comenzó con un intento expreso de encuadrar el tema en una realidad que no juzga terminal: "… siempre la infraestructura es un problema fundamental… Pero, ¿cuál es la realidad que tenemos? ¿Ha cambiado tanto la situación de las rutas del país respecto a lo que nos acompañó los últimos años? Los índices indican que no (…) No se puede hablar de un colapso desde el punto de vista logístico". Dicho lo cual, el Ministro se hizo cargo de que existe una demanda basada en necesidades reales y que genera grandes expectativas.

La óptica del Ministro ante esa realidad es la de evitar el salir corriendo a fijar prioridades aisladas en favor de tal o cual ruta o rutas: "… cuando asumimos el 1 de marzo, la primera pregunta de la prensa fue: ¿cuál es la prioridad o la ruta que van a hacer primero?… pero el problema que tiene Uruguay hoy, el gran asunto, es que lo que está necesitando es mucho más difícil que arreglar una ruta, hacer una doble vía o sumar una ruta. Necesita elevar el conjunto de la red vial nacional a un nivel superior y mantenerlo. Eso es lo más difícil".

El jerarca añadió que "no se trata de arreglar una red puntual para elevar la calidad de servicios en toda la red, sino de armar un sistema que permita mantener el nivel para que la inversión no sea en vano".

En lo que refiere a los componentes concretos que se requieren para echar a andar un plan comprensivo en materia de infraestructura, el Ministro recaló en el tema financiero, partiendo de un reconocimiento, honesto y realista, en el sentido de que no es posible esperar del Estado la atención fundamental de las necesidades: "…no es en la discusión presupuestal donde se va a definir este partido (…). Los volúmenes son considerables… tenemos preparados seis paquetes de asociación público-privada nuevos (…). Pensamos que en estos seis proyectos podemos atender la rehabilitación de unos 1.300 kilómetros con 160 kilómetros de ruta nueva y una inversión en el quinquenio que aspiramos a que pueda superar los 650 millones de dólares".

En cuanto a posibles fuentes de financiamiento, el ministro apuntó: "El relacionamiento con los fondos de financiamiento es otra de las dificultades. El Uruguay tiene expectativas sobre los fondos que existen acá y que están necesitando oportunidades de colocación, como son las AFAP. Pero las AFAP son ahorros de uruguayos por lo que tienen la obligación de invertir en negocios que aseguren la rentabilidad y que sean seguros… En ese sentido estamos procurando ver cómo encontramos formas que nos permitan asegurar el primer paso, una suerte de arrancador de inversiones que pueden constituirse con fondos creados por las propias instituciones bancarias, locales o multilaterales, que de alguna manera acompañen este proceso".

Terminada la exposición del Ministro Rossi, en el período de preguntas por parte de los asistentes, el Sr. Marcelo Otten, de la Bolsa de Valores, señaló que hay potencial a nivel del ahorro privado nacional y hasta avidez por encontrar inversiones, citando la experiencia exitosa del reciente proyecto Pampa.

Entendemos que hay recursos potencialmente disponibles, tanto los dos ya mencionados, AFAP y Bolsa, como en las instituciones multilaterales, caso BID, CAF, etc., y aún en la banca privada. El nudo no está en la existencia de fondos, sino en cómo estructurar el financiamiento, de manera que sea atractivo y aún viable para los posibles aportantes. Esto a su vez, se vincula con el tema de las garantías. En materia de contratos de construcción es clave y, en el caso de las AFAP, sencillamente esencial.

El quid aquí será ver si el Gobierno consigue los instrumentos jurídicos y el apoyo político para ir al encuentro del problema. No será fácil, en ninguno de los dos planos, pero es necesario agudizar la imaginación para construir mecanismos de financiamiento que funcionen. Pueden coadyuvar en esto instrumentos jurídicos como los mecanismos de "step in", favorecidos por los bancos, al permitirles intervenir directamente caso el contrato peligre por causas atribuibles al contratista. Y aún podría pensarse en algún sistema para blindar el patrimonio de las empresas contratistas, como ocurre con la figura del fideicomiso.

El otro engranaje clave en este desafío es el de las empresas constructoras. También aquí el Ministro Rossi fue muy trasparente en sus apreciaciones: "No hay mucho tiempo y lo que no se ponga en marcha en este 2015 es muy difícil que se haga en el resto del período. Por eso tenemos otro tipo de interrogantes: las características de nuestras propias empresas constructoras. Muchas de ellas no tienen los años de antigüedad comparado con un proyecto que pide contratos y compromisos a mediano y largo plazo. Todas nuestras empresas constructoras tienen un origen muy familiar y muchas veces una dirección muy personalizada. Hay una comodidad en una forma de funcionamiento que es la que existió hasta ahora pero se hacía sobre la base de que el Estado era el inversor y el garante de la inversión. Eso ahora no es posible por las razones que analizamos anteriormente".

Otro punto fue el marco jurídico de las PPP. El Ministro Rossi lo mencionó, por un lado en tono comprensivo: "… la experiencia de las PPP ha sido una experiencia trabajosa y algunos nos consuelan diciendo que en los países en los que esta experiencia se aplicó siempre ocurrió que al arranque dio trabajo y demoró tiempo", pero enseguida demostró que no las tiene todas consigo en cuanto a la idoneidad del instrumento: "… vamos a llamar a un ámbito de intercambio amplio previo a los llamados correspondientes a estas PPP. Previo porque creemos que el pliego tiene cosas que ajustar…". Pero enseguida advirtió: "No hablamos de meternos a discutir modificaciones a la ley y al reglamento porque sería volvernos a empantanar en discusiones que no dependen del MTOP".

 

Fuente: El País (Link a noticia)